
Pequeños pasos, grandes cambios: cómo Kaizen transformó mi forma de vivir
Share
Hace tiempo descubrí una palabra japonesa que cambió por completo la manera en que me relaciono con mi crecimiento: Kaizen. Significa “mejora continua”, y aunque suena simple, su poder es inmenso.
Por muchos años sentí que si no lograba cambios grandes, rápidos y visibles, no estaba avanzando. Pero eso me dejaba frustrada y agotada. Fue entonces cuando empecé a aplicar Kaizen no solo en mi trabajo creativo, sino en mi vida personal.
Kaizen me enseñó que un pequeño paso, si se repite con intención, transforma realidades. Que vale más moverse lentamente que quedarse paralizada por el miedo o la perfección. Que los grandes cambios no siempre hacen ruido; a veces se sienten como un suspiro de paz.
Hoy aplico Kaizen al dibujar una nueva idea, al responder un correo difícil, al elegir descansar sin culpa o al agradecerme por intentarlo de nuevo.
Esta filosofía está bordada en muchas de nuestras piezas porque creo firmemente que lo que haces cada día, incluso en silencio, construye lo que estás destinada a ser.
Si hoy no puedes con todo, haz solo un poco. Pero hazlo con amor. Eso también es avanzar.