Toma el pincel de tu vida y pinta la obra maestra de tus sueños

Desde que somos pequeños, el mundo nos muestra imágenes de cómo “debería” ser la vida: estudiar, trabajar, formar una familia, perseguir ciertos ideales de éxito y felicidad. Es como si alguien más tomara un pincel y empezara a colorear nuestro lienzo, dándonos un diseño que no siempre refleja quiénes somos en realidad.

Yo pase por esto varias veces, te dicen que si ya estudiaste una carrera te debes dedicar a eso a lo que invertiste 5 años (o más) en la escuela...en mi caso cuando decidí tener mi emprendimiento de playeras, era común escuchar ¿tanta carrera para terminar vendiendo playeritas? ¿por qué te gusta desempeñar un oficio si tu tienes estudios?

Claro, al principio me bajoneaba pero nunca deje de creer en mi y en que emprender y hacer "playeritas" también iba a ayudarme a desarrollar lo que había estudiado. Administración, mercadotecnia, logística, relaciones públicas... hacia (hago) todo! La única diferencia es que no tengo a un jefe que me este diciendo qué y cómo hacerlo. Y con eso, otro comentario muy MUY común! "Emprender es difícil, no siempre jala", ¿Cómo le vas a hacer? pero, prefería yo poder empezar a dibujar en mi propio lienzo,  tuve que tomar yo el pincel y no permitir que nadie empezara a trazar o borrar mis bocetos.

Entendí algo poderoso: la vida es como tú la dibujas, no como los demás me pinten que es.

Cada elección que tomas, cada paso que das, es un trazo en el lienzo de tu existencia. Nadie puede decidir los colores de tus sueños, la forma de tus caminos o la intensidad de tus pasiones, más que tú mismo.

Claro, a veces las circunstancias parecen imponer sombras o borrar lo que habías dibujado, pero incluso en esos momentos, tienes la oportunidad de tomar nuevos tonos, reinventar la forma y crear una obra diferente, única y auténtica.

No te conformes con los bocetos que otros trazan para ti. Siempre pregúntate: ¿Qué quiero realmente? ¿Qué colores le dan vida a mi historia? ¿Qué dibujo me gustaría dejar como huella?

Vivir con autenticidad significa tomar el pincel y atreverte a pintar tu vida a tu manera, aun cuando los demás no comprendan tu arte.

Al final, el cuadro más valioso no será el perfecto ni el que cumpla expectativas ajenas, sino aquel que cuente tu verdad, que refleje tu esencia y que te haga sentir orgulloso de haber sido el artista de tu propio destino.

Recuerda: La vida no está prediseñada. Eres tú quien la crea, quien la dibuja y quien decide los colores de su propia historia.